Descubre Campillo de Ranas, corazón de la ruta de los pueblos negros de Guadalajara

 
La esperada cima del pico Ocejón, una atalaya natural de la Sierra de Ayllón
El Pico Ocejón, la atalaya de la Sierra de Ayllón.

SENDERO (PR-GU-01) AL PICO OCEJON.

  • DISTANCIA: 18,2 Km.
  • DESNIVEL POSITIVO: 1.040 m.
  • DESNIVEL NEGATIVO: 1.040 m.
  • MÁXIMA ALTURA: 2.048 Pico Ocejón
  • MÍNIMA ALTURA: 1.070 Arroyo del Soto
  • HORARIO EFECTIVO: 6h30´

CARTOGRAFÍA IGN
Huso: 30 / Banda: T
Hoja: 459 / Cuadrícula: 3 y 4

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EL SENDERO DESDE CAMPILLO DE RANAS AL PICO OCEJÓN SALVA UN DESNIVEL DE 1000 METROS.

El camino comienza en el nuevo aparcamiento disuasorio de Campillo de Ranas donde se encuentra un panel de inicio de ruta con la información de este recorrido. Hacia el este, sin demora, el camino se aleja del pueblo entre sus casillos y herrenes, que así le llaman a los terrenos de siembra, generalmente vallados con muros de mampostería seca de pizarra; una última mirada atrás proyecta una de las más bellas vistas de este característico pueblo de la Arquitectura Negra.

Al poco, el camino se encuentra con la carretera comarcal para adentrarse en un terreno alomado de recorrido suave que, entre herrenes y flanqueado durante el primer trecho por muros de pizarra, se va poco a poco alejando de Campillo.

La frondosidad de las jaras (Cistus Ladanifer L) y estepas (Cistus Laurifolia L) rodea el deambular hacia las faldas del omnipresente Ocejón inundando el aire de un delicioso olor a “campo” que exalta el ánimo y hace el camino muy llevadero. Se deja a un lado, hacia el sur, un conjunto de casillos conocidos como “Las Casas de San Bartolomé”, en estado de ruina.

Saliendo de Campillo de Ranas, las renes o cercados de pizarra acompañan el sendero PR-GU-01 hasta las faldas de Ocejón

Después de recorrer tres kilómetros, la senda desemboca en la Cañada Real que ahora, al formar parte de esta red de senderos, se ha matriculado como GR60.1 y que, durante unos metros y en dirección norte, se solapa con la traza del PR-GU01.

Es en este punto donde la senda se hace pina, gira hacia levante y se ciñe al cortafuegos que desciende de la cima del Ocejón para afrontar, sin disimulo, la ascensión al Pico. Será pues, un momento perfecto para tomar resuello, quitarse algo de ropa y agarrarse al macuto para abordar paso a paso los 700 metros de desnivel hasta la cumbre.

Vencidos los primeros metros, el camino se relaja describiendo un recorrido lateral por la falda de la montaña en dirección norte a través de un denso robledal cuya sombra, en verano, facilitará el paso ágil y hasta una breve conversación.

Tras un buen trecho, el sendero alcanza una amplia pradera de montaña donde se encuentra con el CM1, procedente de la vecina localidad de Majaelrayo y, junto a este camino de montaña, comparte el recorrido hasta la misma cima del Ocejón.

LA FALDA DEL PICO OCEJÓN CUBIERTA POR UN ENORME ROBLEDAL.

La ancha vereda continúa a través del bosque de robles que, a estas alturas, cubre el sotobosque de un precioso helechal (Pteridophyta) de una variada paleta de colores hasta que, súbitamente, el robledal (Quercus Pyrenaica L) se aclara, mostrando hacia el norte la estampa de un voluminoso berrocal que en el mapa se identifica sin dificultad como Loma de la Peña Bernardo, terraza natural que se alcanza en poco tiempo y, desde la cual, se disfruta de una majestuosa vista de todo el macizo de Ayllón.

Un poste direccional en un robledal nos indica el camino hacia el pico Ocejón

La Peña Bernardo, como también la citan las gentes del lugar, sirve, por su suave morfología, como lugar de descanso y avituallamiento ya que, en este punto del camino, se ha ascendido hasta la cota 1.620 m y el cansancio en las piernas ya se va notando. Desde aquí, el camino, convertido en trocha, afronta 200 metros de desnivel en una distancia muy corta en busca del Collado Perdices, sin duda, es el sector más sofocante de la ascensión que exigirá al caminante lo mejor de su condición física.

ALCANZADO EL COLLADO PERDICES, LA ASCENSIÓN AL OCEJÓN ESTÁ MUY CERCA.

El Collado Perdices, nombrado en honor a D. Jesús García Perdices, fundador del Club Alcarreño de Montaña, es el paso natural entre vertientes de la sierra del Ocejón aunque históricamente los lugareños utilizaban el Collado de la Pradera de la Madita por ser más bajo y no acopiar tanto volumen de nieve. El trazado del GR60, en su etapa primera, ha recuperado el paso histórico por la Pradera de la Madita, en aras de un desplazamiento más seguro y estable a lo largo de todo el año, dejando tanto al PR-GU01 como al CM1 el papel más montañero.

El último tramo hacia la cumbre recorre la hoya norte de esta emblemática cima en un recorrido lineal que discurre por un trazado de firme inestable compuesto por multitud de lajas de pizarra, resultado del proceso de gelifracción en el que las rocas se fraccionan como consecuencia de la congelación del agua contenida en sus grietas.

Dos senderistas avanzan por el canchal norte del pico Ocejón

Todo ello hace recomendable un paso tranquilo y preciso que evite posibles lesiones. Antes de culminar, el camino se ciñe a la cúspide del hermano menor, el Ocejoncillo, ofreciendo una imponente y soberbia vista de todo el enorme circo bajo los pies del caminante. Desde allí,
una curiosa formación de rocas en escalera, le lleva en volandas hasta el vértice del Ocejón.

En invierno, el sector que va desde el Collado Perdices hasta la cima del Ocejón suele estar cubierto por una gruesa capa de nieve, circunstancia que todos los senderistas deberán valorar junto con su experiencia y formación en montaña para renunciar o no a esta emocionante ascensión.

Collado Perdices

Jesús García Perdices.

Escritor y poeta alcarreño. Guadalajara, 1923-1999.

Estudió el bachillerato en Guadalajara, iniciándose muy joven en el periodismo local, siendo uno de los primeros y más veteranos colaboradores de “Nueva Alcarria”, periódico arriacense en el que estuvo durante cuarenta años. Fue fundador de Defensa de la Naturaleza y del Paisaje de la Institución Provincial de Cultura “Marqués de Santillana”, de Guadalajara. También fue fundador y muchos años presidente del Club Alcarreño de Montaña. Como periodista, colaboró en todas las publicaciones de Guadalajara, siendo fundador y director de dos publicaciones, Tus libros y Río de Piedras (1950) y Versos de Ayer (1975), figurando sus composiciones poéticas, de corte clásico, en numerosas antologías. Como escritor de temas alcarreños, es importante su obra Cual aurora naciente (1974) en la que trata de las advocaciones marianas y sus leyendas en la provincia de Guadalajara. Y en el aspecto turístico y viajero, son de destacar sus obras Cita en el Ocejón (1977) y Nieve en el Alto Tajo (1980) en las que reúne interesantes datos en torno a los paisajes de la tierra alcarreña.

Plaza Mayor, 9 - Campillo de Ranas (Guadalajara)