Solemos decir que visitar los Pueblos Negros de Guadalajara es como “viajar en el tiempo”, y esta frase tan cursi donde mejor se puede aplicar es cuando recorremos las calles de Umbralejo (1260 m de altitud)
Matallana se ubica en un monte que comparte con otras dos pequeñas pero muy representativas aldeas de arquitectura negra: La Vereda y El Vado, esta última anegada por el pantano al que da nombre
“Majada del rayo”; su elocuente nombre evoca la marcada vocación ganadera de sus moradores que desde el siglo XI asentaron sus aldeas en este precioso valle pizarroso
La Sierra Norte de Guadalajara ofrece parajes muy especiales, son rincones que aúnan el encanto de la naturaleza con lo construido por el hombre.
Hay nombres de pueblos que simplemente al leerlos (o escucharlos) ya te predisponen en positivo hacia ellos: Valverde de los Arroyos se encuentra en esa categoría.
En la vertiente poniente del Pico Ocejón se abre un amplio y majestuoso valle cubierto por densos bosques de pino y roble y grandes extensiones de pastos; al oeste, la sierra de Puebla y la del Rincón y al norte, el gran macizo de Ayllón con su dominante pico de El Lobo (2274 m).
Es el segundo pueblo en la Ruta de los Pueblos Negros número uno de Guadalajara al entrar desde el sur por el acceso natural a este valle, es decir, desde Tamajón o, más al sur, desde Guadalajara.
Bien podría definirse esta pequeña aldea como el pueblo “construido al revés” y, sin embargo, sin ninguna duda, constituye uno de los ejemplos más bellos y singulares de la arquitectura negra, visita obligada en la Ruta de los Pueblos Negros número 1 de Guadalajara.